Lolita: La tragedia y la belleza entrelazadas en un libro

 Lo... Lola... Lolita. ¿Qué puedo decir sobre esta famosa y polémica novela de Vladimir Nabokov que no se haya dicho ya? Si están considerando adentrarse en la historia de Lolita, les recomiendo equiparse de una mente abierta, porque lejos de tratarse de una novela erótica, aunque tampoco podemos eliminar por completo la incomodidad que causa el tema en torno los protagonistas, está tan genialmente escrita que es imposible no dejarse enredar por la carga emocional que supone.

Extracción de la portada de Lolita.

 

Desde hace varios años tenía a Lolita entre mi lista de lecturas pendientes después de ver la colección de todas sus ediciones en manos de un amigo, pero fue hasta diciembre 2020 que por fin tuve la oportunidad de leerlo y, ahora que lo terminé, debo decir que fue una experiencia de emociones mezcladas a lo largo del libro. Tal vez para muchos podría ser considerada como una novela inmoral, casi prohibida al punto de ser censurada en varios países, pero es que contar la historia de un padrastro que cae en una cercana obsesión con Lolita y la evolución de esta compleja y tóxica relación no es una tarea sencilla de abordar. A pesar de la incomodidad del tema central, escribo esta reseña (sin spoilers) esperando que la agreguen a su lista porque, en mi opinión, es una excelente obra literaria que vale la pena leer al menos una vez en la vida. 

 En Lolita, Vladimir nos introduce en la historia a través de un manuscrito que llega a las manos del psicólogo John Ray Jr., escrito bajo el pseudónimo de Humbert Humbert, un profesor de literatura francesa que recientemente falleció en prisión. En este manuscrito, el autor, de 40 años, relata todos los acontecimientos y recuerdos en torno a Dolores Haze (Lolita), de tan solo 12 años de edad, y su madre, Charlotte, con quien se casa con el único motivo de estar cerca de su hija a raíz de su perturbadora atracción hacia las niñas, o "nínfulas", como suele llamarles. Después de un trágico, pero oportuno, giro en la historia, Humbert decide recorrer todo Estados Unidos acompañado de Lolita mientras se cruzan con una serie de situaciones que parecen ser un llamado efímero del cargo de conciencia, culpa y vergüenza del viejo profesor.

A lo largo de esos años recorriendo carreteras y moteles queda implícita la terrible relación entre Dolores y Humbert, quienes parecen resignarse a convivir entre las agotadoras discusiones y exageradas recompensas que solo parecen apaciguar la oscuridad de su secreto. Si bien, se nos pintan mil paisajes y escenarios a lo largo del libro, cabe resaltar la emotiva transformación de Lolita a lo largo de la historia. Vemos a una niña que pasa del peligroso juego de descifrar qué clase de poder ejerce sobre Humbert, a una adolescente que se debate entre su vida actual, sin colegio ni un hogar establecido, y las ilusiones de su escape y su rebeldía. Es impresionante cómo Vladimir logra enredar al lector entre estos conflictos, la corrupción de la inocencia, la venganza, la soledad y el abandono de los protagonistas hasta que llega a un trágico final que, si bien no sorprende, logró dejarme con un nudo en la garganta seguido de unos minutos en silencio con el libro en mi regazo.

Como podrán ver, Lolita no es un libro de "fácil digestión" y eso es precisamente lo que lo hace tan importante. No lo aborden esperando encontrar una historia erótica, porque es mucho más que eso. Abran su mente al enredado, oscuro e inmoral mundo de H. Humbert y Lolita que ha inspirado también a directores de cine como Adrian Lyne o al mismísimo Standley Kubrick

 
Trailer "Lolita" (1997). Adrian Lyne.

Trailer "Lolita" (1962). Standley Kubrick.


 Ya sea que lean el libro o se decidan por algunas de las adaptaciones cinematográficas de Lolita, se enfrentarán a una historia que parece necesitar de un manual de instrucciones, como bien lo resumió El País en su artículo del 2018.

Además, si tomamos en cuenta que este libro fue escrito en 1953, nos será fácil comprender por qué Lolita estuvo a punto de no poder ser publicada. Las sugestivas situaciones de incesto, la tendencia a la pederastía, la conciencia de la sexualidad de Lolita y las abusivas conductas de Humbert son algunas de las razones por las que fuera rechazada en tantas ocasiones, al punto de llevar a Nabokov a intentar publicarla bajo pseudónimos, hasta que Olympia Press, una editorial francesa, decide publicarla en 1955. A pesar de que la edición fue censurada en Inglaterra y Francia, logró captar la atención de numerosas editoriales en Estados Unidos hasta convertirse en una de las obras literarias más reconocidas de Vladimir Nabokov a la que hoy dedico esta entrada. 

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