Habré tenido tal vez 8 o 9 años la primera vez que tuve la oportunidad de leer este ya clásico libro de Virgilio Rodríguez Macal. Autor guatemalteco que dio vida a varios libros entre los que destaca la pequeña novela de ficción "La Mansión del Pájaro Serpiente". Revisitar este libro fue una experiencia tan interesante que decidí que la primera entrada a mis libros favoritos debía estar dedicada a esta obra que desde las primeras páginas logra capturar al lector entre la mágica fauna guatemalteca a través de 5 historias muy bien representadas, inspiradas en la narrativa y mitología maya.
En este libro, es Pedro Culán, un cazador, quien nos remonta a los bosques de Alta y Baja Verapaz en Guatemala, pero resulta interesante que es la vida animal dentro de la mansión verde la verdadera protagonista en lugar del hombre, o Achí, el cual llega a dejar una fuerte morajela al notar que su poca participación o apariciones dentro de las historias no reducen el alto impacto que su mera existencia deja como huella en la historia de cada especie animal que nos presenta Virgilio.
El anda solo, El armado, La comadreja y El tepezcuinte son las 4 historias que preceden a la de La mansión del pájaro serpiente, que da el nombre al libro. Entre estas 5, debo decir que la primera fue la que más disfruté por la interesante personalidad de Itzul, el rebelde y negruzco pizote que afronta variedad de retos, riesgos y aventuras mientras se va conociendo a sí mismo, aunque los Batz, los monos, Cux, la comadreja, y Gug, el quetzal, no se quedan atrás en este hilo narrativo tan rico en personalidades y situaciones tan bien descritas que transportan a la mansión verde tan rica en fauna y flora de Guatemala. Al final del libro, para hacerlo aún más interesante, Rodríguez Macal resume las explicaciones de varios de los animales que se presentan en el libro para facilitar la comprensión de cada uno de los protagonistas.
¿Qué me dejó La Mansión del Pájaro Serpiente? la intensión de hacer las cosas bien. De respetar a la fauna en sus diferentes especies, conocerlas mejor y apreciar más la riqueza de los bosques con la esperanza de ser una Achí diferente.
Me despido invitándolos a agregar esta novela a su lista de lecturas, esperando que se tomen el tiempo de disfrutarlo o releerlo, como fue en mi caso. Lamentablemente, no logré encontrarlo como ebook y hay pocos lugares donde lo tienen a la venta, seguramente por tratarse de un libro de 1939, pero en Guatemala lo pueden encontrar en Librerías Sophos, Piedra Santa o también está disponible en Amazon ocasionalmente.
¿Hay algún libro de su infancia que hayan vuelto a leer o les gustaría volver a descubrir?
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