Escribir ha sido desde siempre uno de los pasatiempos que más disfruto realizar. No hay nada como tomar un cuaderno o el espacio vacío de cualquier hoja en blanco para escribir esa frase o idea que repentinamente se vino a mi mente, aunque admito (con mucha vergüenza) que mi mismo miedo y deseo de hacerlo bien es una de las razones por las que no escribo tanto como quisiera. El último espacio que ha recibido mis letras es esa vieja agenda del 2018 que estoy reutilizando para llevar una especie de diario desde el año pasado, motivada por el inicio de la pandemia del COVID-19, y que ahí yace, en mi mesita de noche esperando por ratos la tinta y mis trazos mientras me recuerdo a mí misma la importancia de llevar un diario personal.
No sé ustedes, pero de pequeña yo acostumbraba a escribir el resumen de mis infantiles días en pequeños diarios acolchonados, decorados con personajes de caricaturas y sellados con un pequeño candado que estoy segura que se abría sin ningún esfuerzo. Todavía tengo un par guardados entre las cajas de mis viejas cosas. No recuerdo en qué momento perdí ese hábito conforme crecí porque aunque hablara de lo que vi en clases o de lo que jugué con mis amigos, me transmitía una buena sensación tomarme esos minutos para escribir sobre mi día, por más simple que fuera.
Después de usar unos cuantos diarios, empecé a escribir mis ideas en decenas de cuadernos que cargo conmigo o que tengo estratégicamente perdidos en cada espacio de mi casa, pero fue hasta el año pasado cuando me recomendaron de nuevo llevar un diario como tal, como parte de mi terapia. La idea era simple: tomarme unos minutos al día para escribir sobre las cosas positivas, lo que agradezco o simplemente un par de oraciones o un dibujo sobre cómo me había sentido a lo largo del día. Es así como empezó de nuevo este hábito en el que aún estoy trabajando y que me ha traído tantas ventajas, que quiero transmitirlas a ustedes con el objetivo de invitarlos a intentarlo.
- Es tu espacio para lo memorable. Aunque lo hagamos de forma simple o automática, todo lo que escribimos en un diario es de alguna manera aquello que nosotros mismos deseamos recordar con el paso del tiempo. Al final de cada día nuestra mente nos recordará solo lo que valió la pena o nos afectó de una u otra manera, así que lo importante es verlo como un espacio para guardar esos momentos.
- No debe verse como una tarea extensa, sino como un momento dedicado a nosotros mismos. Alejémonos de la idea de que cada día en nuestro diario debe tener un par de páginas y pensemos en el diario más como un espacio que diariamente recibirá de alguna u otra manera una forma de expresión sobre cómo estuvo nuestro día. Puede ser un dibujo, un garabato, un sticker, una foto, un tuit o nuestras propias palabras. Lo importante es ser creativos y expresarnos a nuestro estilo sin forzarnos a hacerlo de la forma tradicional.
- No es lo mismo un diario que una agenda. No es necesario detallar minuciosamente cada situación vivida a manera de agenda. Lo importante en un diario es enfocarnos en las cosas importantes y en cómo nos hicieron sentir.
- Es un hábito relajante. Identifiquen cuál es el momento donde ustedes pueden dedicarse con mayor tranquilidad a escribir en su diario. ¿El mío? Justo al acostarme, antes de empezar a leer porque es cuando empiezo a relajarme de mi día a día.
- Pone un tamaño a nuestros problemas. ¿Han escuchado esa expresión de que debemos dar un tamaño a nuestros problemas para encontrarles una mejor solución? Bueno, esta es una de las mejores ventajas que he encontrado de llevar un diario, ya que al escribir sobre aquello que tal vez amargó todo mi día, me hace sentir como si viera el problema desde otra perspectiva, ayudándome a notar si pude hacer algo diferente, notar algún detalle que se pasó por alto o simplemente dimensionándolo mientras lo expreso para liberar esa tensión antes de dormir.
- Identifiquen su estilo
- Elijan un cuaderno o libreta
- Seleccionen el momento el día en que lo actualizarán y ubiquen su diario cerca de donde se encuentran en ese momento
- Tengan a la mano los utensilios o herramientas para su diario
- Programen recordatorios o anoten en algún espacio visible que deben actualizarlo, mientras se forma el hábito
- Aunque estén cansados, dediquen aunque sea un minuto para expresar o resumir los sentimientos de su día
¡Hola pacah! Ya me suscribí a tu blog hahaha y quería hacer un mini aporte por acá:
ResponderEliminarIgual que tú, desde pequeña he tenido mis diarios y los de candadito también :P Yo la forma que encontré de mantener el hábito hasta hoy es separar o "categorizar" mis pensamientos: los del día a día en mi bullet journal o agenda y los que son más personales en mi diario. Al final llegué a la conclusión que me sirve más vaciar mi cabeza en mi diario cada vez que lo necesite, sin importar que sea cada semana, cada mes o cada tres meses. Ya en mi bullet journal o agenda me gusta poner un pequeño resumen de mi día, más como los highlights. Este año lo que he empezado a implementar (más que nada por mi sanidad mental de mamá hahaha) es contestar 3 preguntas al final del día: ¿Cómo me sentí? ¿Cuál o cuáles fueron mis logros? y ¿qué puedo mejorar? Y me han ayudado muchísimo.
¡Saludos desde el inframundo! xD